En en libro “De la cocina Zen hacia la Iluminación” Uchiyama Kosho Roshi comenta sobre el Tenzo’kyokun de Dogen Zenji. En la parte sobre el uso de los utensilios de la cocina, Uchiyama Roshi dice:
“Usarlos con cuidado y plena conciencia de igual manera (itálicas en el original) es muy importante. En otras palabras, cuando se trabaja con cualquier instrumento o utensilio debes ponerlo en su sitio apenas termines de usarlo y no dejarlo en cualquier parte descuidadamente. Cuando mueves violentamente una olla, golpeándola ruidosamente contra el lavaplatos, la olla llora de dolor. Si todavía no eres capaz de oir su llanto, será muy difícil decir que eres una persona que vive zazen en tu vida diaria” (mi traducción).
Esto es un gran ejemplo de cómo vivir una vida por el sólo beneficio de sí mismo. El sí mismo que nada tiene que ver con otros, ya que otros son meros objetos de uso y consumo.
La sexualidad es parte integrante del ser humano, pero se puede convertir en algo erróneo al nacer de la avidez, o sea, ver al otro como algo separado de nosotros y querer poseerlo. La sexualidad es algo muy íntimo que todos debemos reconocer que tenemos. Negarlo o correr detrás del apetito sexual es dañino. Esto se aplica a cualquier relación sexual estable, incluído el matrimonio.
La relación sujeto-objeto en sí misma no es problema. El problema es ver esa relación como separación. Por ejemplo, cuando escuchamos el cantar de un pájaro y nos gusta, decimos: “qué lindo”. Si no interviniéramos para nada en la relación, simplemente el órgano auditivo “escuchará”.
Vale la pena anotar que, con excepción de las escuelas Zen japonesas (no sé de las koreanas) y hasta donde tengo conocimiento, en todas las escuelas del Budismo en donde hay orden monástica, los preceptos son de estricto cumplimiento so pena de expulsión por la violación de los preceptos mayores o de una sanción menos drástica por la violación de los preceptos menores.
En el budismo Teravada se sigue el Vinaya que contempla cuatro preceptos mayores y en el Mahayana se sigue el Sutra de la Red de Brama (diferente al Brahmajala sutta del Pitaka) que contempla 10 mayores y 48 menores. Para los monjes y las monjas los preceptos son imperativos cuya observación no se deja a sus conciencias. Ellos deben abstenerse de actividad sexual.
En cuantoa los laicos éstos se comprometen a llevar una vida virtuosa de palabra, pensamiento y obra, entre ello a no llevar una vida sexual errónea.
1 comentario:
Para todos los que han hecho posible este espacio, y en especial a "Taiun" un enorme agradecimiento por su esfuerzo. A todos una invitación para que participen en este blog.
Publicar un comentario